Fundación Mafüln
Cuando lo pequeño se vuelve épico
sobre nosotros
Detalles simples, recuerdos inolvidables.
Somos una fundación sin fines de lucro con más de 30 años de experiencia trabajando con la niñez en el Barrio Yungay. Durante este tiempo, hemos construido un espacio de apoyo, aprendizaje y crecimiento para niños, niñas y adolescentes (NNA), fomentando su desarrollo integral en un entorno seguro y lleno de afecto.
nuestros valores
Hermandad
Compañerismo
Protección
Responsabilidad social
Saber más
¿Como lo hacemos?
Procuramos cuidados y protección a través de ambiente seguro y evolutivo, incorporando: Reforzamiento escolar, talleres educativos y culturales. Acceso a aprendizajes significativos y participativos (visitas a museos, expresiones artísticas, socio educativas, y ecológicas).
Cultivar valores fraternos y de hermandad con rol protagónico en cada NNA.
nuestras propuestas
Talleres
Educación
Cultura
valores
mision
Acoger a NNA entre 6 y 13 años en jornada alterna a la escolar
lo que hacemos

Actividades para niños

paseos al aire libre

Hermandad y valores
vision
Propender a integrar el método educativo Mafuln, expandiendo la cobertura, colaborando con una sociedad de derechos, protección y desarrollo integral para NNA.
Equipo Mafuln






lo que dicen de nosotros


Diliana Reyes
Que Andrea Sotomayor me haya respondido la llamada telefónica aquella tarde fue lo mejor que me pudo pasar ese día. Tenemos un año asistiendo, y haber conseguido quién cuide de mi niña no solo significa “cuidarla”, sino que, además, la tía Andrea se ha encargado de empoderarla aun siendo niña, motivándola a que explore la magia innata que posee Anthonella.Refuerza junto a ella los conocimientos adquiridos en el colegio y los incentiva a ser cada día mejores personitas. En la Fundación Mafüln no solo hacen tareas y juegan; la tía se encarga de trabajar su estabilidad emocional y mental. Yo, como madre, puedo irme a trabajar tranquila porque realmente cuento con las mejores manos para cuidar de mi pequeña.Pertenecer a la fundación, para mí, ha sido lo mejor que me ha pasado sin lugar a dudas, porque, más allá de tenerla, tanto mi hija como yo hemos recibido una red de apoyo de muchas formas: palabras de aliento en momentos difíciles y un verdadero sentimiento de acogida.Ojalá existieran muchas tías Andrea y, con ellas, muchas Fundaciones Mafüln en el mundo para que más personas pudieran contar con este apoyo.
¡Gracias, tía Andrea! ¡Gracias, Fundación Mafüln, por existir en nuestras vidas!

Sofía Arias Muñoz
Mi nombre es Sofía Arias Muñoz y quiero compartir mi recorrido en la Fundación Mafüln, un lugar que, para mí, se convirtió en una segunda familia.
Llegué hace aproximadamente cinco o seis años, y aunque al principio todo fue muy extraño porque no conocía a nadie ni sabía nada del lugar, con el tiempo las cosas cambiaron por completo.
A lo largo de los años, la Fundación Mafüln se volvió un espacio especial en mi vida. Allí hice amigos que conservo hasta hoy y siempre sentí el apoyo incondicional de la tía Andrea. Ella no solo estaba para ayudarnos en lo que necesitáramos, sino también para motivarnos y acompañarnos en nuestro crecimiento.
Pasar las tardes allí era increíble: hacía las tareas del colegio, disfrutaba de dinámicas…

Gabriela Castellanos
Para comenzar, quisiera resaltar lo excepcional que ha sido esta experiencia para mí. La experiencia de estar en un After School podría sonar simple, pero no lo era. Cuando éramos pequeñas, todo era una rutina, pero, con el tiempo, me di cuenta de las repercusiones que esto tendría en mi vida.
Esas pequeñas rutinas eran más que simples hábitos; las reacciones de cada uno de nosotros marcaban la diferencia. Mostraban nuestras áreas débiles y fuertes, pero me enfocaré más en mi experiencia y diré, de forma breve, lo que este lugar hizo por mí y por las personas dentro de él.
Este lugar me enseñó a vivir una vida… Y no cualquier vida, sino una feliz.
Últimamente, me he dado cuenta del impacto que tuvo la experiencia del After School en mi vida y en mis decisiones. Esta experiencia fue esencial en mi formación como persona. Las cosas que aprendí allí fueron las que me hicieron la persona que soy ahora: una persona buena, decidida, perseverante y que ayuda a los demás.
Y quiero dejar un mensaje para todo padre o madre que esté leyendo esto: cualquier niño que tenga la oportunidad de estar aquí es, sin duda, el niño o la niña más afortunado(a) del mundo.
Historia en imágenes







